Al caer la tarde siempre queremos dulces. Luego del almuerzo, anhelamos un snack que satisfaga nuestra ansiedad. La opción más fácil siempre está del lado de la azúcar refinada, cuyos beneficios al organismo están más que cuestionados.
Es importante saber que esta “ansiedad” solo dura de 10 a 15 minutos, pero sabemos que evitar comer dulces en la tarde es todo un reto. Por ello, te damos cinco claves para lograrlo. Solo debes cumplirlas y esperar que pase el antojo.
Las expertas en obesidad y patologías metabólicas, Elena y Adriana Cochesa, aseguran que la primera comida del día aporta al cuerpo la energía necesaria para empezar a funcionar. “Cuando le brindamos al cuerpo la mitad de las calorías que necesita en las primeras horas del día, por lo menos hasta el mediodía, evitarás caer en ansiedad por la tarde”, afirman.
Explican que este famoso antojo vespertino, “no es más que una señal de tu cerebro que te dice: ‘Estoy fallo de energía’, y el acceso más rápido a esa energía son los dulces”.
Para las especialistas en nutrición, esto hace que exista una “mejor distribución en el día del aporte energético”. De esta manera, “evitarás atracones y controlas mejor el hambre”.
No dejes que tu cuerpo sufra. Para ello, evita dejar pasar más de 4 o 5 cinco horas entre cada comida, porque en ese momento tu cerebro te ordenará comerte todo lo que se te atraviese.
Las hermanas Cochesa recomiendan, para quienes hagan ejercicio, comer después de los entrenamientos porque “es el momento de oro para que esa comida se vaya hacia los músculos”. Así, indican, “repones la energía (el glucógeno muscular y hepático) y utilizas tus grasas como fuente de energía”.
Combate la ansiedad comiendo menta o con goma de mascar. Otra opción saludable es la gelatina libre de azúcar.
En vez de salir corriendo por un chocolate, prefiere las frutas. “Puedes perfectamente comer manzanas, peras, melocotón, sandía, papaya o piñas”, señalan.
Vía: NuevaMujer