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Para adelgazar: ¿mejor una dieta sin harinas o una dieta baja en grasas

Descubre si debes optar por lo uno, lo otro ¡o ninguna!

A veces sentimos la necesidad de bajar lo que vemos en la báscula. Ya sea porque queremos bajar unos kilitos antes de ponernos ese bikini, porque queremos bajar lo que subimos en las vacaciones o simplemente porque nos hemos puesto un nuevo propósito. Y ya que finalmente nos ponemos a ello, lo mejor para no hacer un esfuerzo en vano es basarse en aquello que la ciencia ha comprobado que funciona. Claro que esto no siempre es fácil porque aún queda mucho por estudiar y demostrar en este campo inundado de mitos y creencias.

Partamos por lo cierto: no hay una respuesta unánime sobre si son mejores las dietas bajas en grasas o las bajas en carbohidratos. Pero sí hay razones de peso en las que se basan los defensores de unas y otras. ¿No sabes por cuál decidirte? Sigue leyendo para entender cuáles son los argumentos de cada uno. Y elige siendo consciente de los pros y los contras de ambas.

¿Qué son las grasas?
Las grasas son uno de los grupos de nutrientes esenciales para que nuestro cuerpo funcione con normalidad. Nos aportan mucha energía, pero además intervienen en procesos básicos para la salud, como por ejemplo la absorción de algunas vitaminas, esenciales para mantener sanos el pelo y la piel, y hasta regular la temperatura de nuestro cuerpo. Eso sí, no todas las grasas son iguales, por lo que no todas son buenas ni malas.

Los argumentos en su contra
Los que defienden que para adelgazar es necesario una dieta baja en grasas, se basan en dos argumentos. El principal es que las grasas nos aportan muchas calorías, aproximadamente nueve calorías por cada gramo, lo cual es casi el doble que las proteínas o los hidratos de carbono. Por otro lado, en el pasado, algunas grasas, principalmente las hidrogenadas (grasas insaturadas manipuladas industrialmente para hacerlas saturadas) y las saturadas, se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como hipertensión o infartos. Aunque hoy en día cuestionamos esa relación (excepto con las hidrogenadas) aún así, hay quienes prefieren moderar el consumo de las grasas por este motivo.

¿Qué son los carbohidratos?
Los carbohidratos son el combustible básico de nuestro cuerpo. Al entrar en nuestro cuerpo son procesados para convertirse en glucosa, que después se distribuye a los distintos tejidos y al cerebro para actuar como fuente de energía. Cuando consumimos más hidratos de los que el cuerpo necesita, estos se almacenan para futuras necesidades energéticas en forma de grasa, y eso nos hace engordar.

Argumentos contra los carbohidratos
Igual que ocurre con las grasas, también hay distintos tipos de carbohidratos, principalmente divididos en dos categorías: los complejos y los simples. Los complejos se encuentran en la fruta, la verdura y los cereales integrales principalmente, mientras que los simples están en los azúcares añadidos y las harinas refinadas. Estos últimos se consideran la principal causa del sobrepeso y la obesidad, además de enfermedades metabólicas como la diabetes, ya que provocan picos pronunciados en los niveles de glucosa en la sangre, que nuestro cuerpo tiene problemas para gestionar cuando se producen muy a menudo y afectan a todo nuestro metabolismo, desequilibrándolo.

¿Entonces, qué es mejor: menos grasas o menos hidratos?
Como ves no hay una respuesta única, ni mucho menos una correcta, aquí te damos algunas recomendaciones generales.

1. Todos los nutrientes son necesarios
Lo primero es que no debes prescindir totalmente de ningún grupo de nutrientes, ni carbohidratos ni grasas, porque todos son necesarios para la salud. Puedes reducir o aumentar algunas cantidades y centrarte en un tipo de determinado nutriente o en otro, pero ninguno debe desaparecer totalmente de tu dieta.

2. Las grasas son esenciales, céntrate en las saludables
Las grasas son esenciales para que nuestro cuerpo funcione con normalidad así que deja de verlas como las enemigas de tu dieta. Eso sí, potencia el consumo de grasas saludables, de origen vegetal (oliva, girasol, soya, frutos secos...) y de pescado azul entre otros. Aquí tienes algunas ideas de alimentos ricos en grasas saludables.

3. Escoge también el tipo de carbohidratos adecuados
A la hora de consumir cereales es mucho mejor elegirlos integrales: pan integral, pasta integral, arroz integral... Al estar incluido el grano entero, además de ralentizar la conversión de los hidratos en glucosa, te beneficiarás de los demás nutrientes que contiene, como vitaminas, ácidos grasos saludables y fibra. Por otro lado, limita lo máximo posible el consumo de alimentos con azúcares añadidos.

4. No te pongas a dieta: cambia de hábitos
La idea de una dieta no es algo muy beneficioso porque suelen ser rígidas, restrictivas e iguales para todo el mundo. En vez de eso, resulta mucho más eficaz a largo plazo reeducar nuestros hábitos alimenticios e incorporar cambios más o menos sutiles pero sostenibles a largo plazo.

Vía: Fucsia

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