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En la foto: Dormitorio Feng Shui
En la foto: Dormitorio Feng Shui

La salud de nuestros espacios vitales y su papel en nuestra vida diaria

El hombre moderno tiene poco contacto con la naturaleza, y el ritmo de vida, la mala alimentación, y la falta de actividad física desequilibran su salud.

Hipócrates, padre de la medicina occidental, decía que para formular un diagnostico correcto era preciso conocer el paciente en su totalidad: qué come, dónde vive, cómo se comporta etc.

Podemos decir que desde la filosofía oriental el Feng Shui, es la medicina de la vivienda, ya que uno de los elementos que influyen directamente sobre la salud es nuestro entorno mas inmediato, aquel en el que pasamos gran parte del tiempo: la oficina, la casa o el negocio.

El hombre moderno tiene poco contacto con la naturaleza, y el ritmo de vida, la mala alimentación, y la falta de actividad física desequilibran su salud. Por eso es tan importante vivir o trabajar en lugares en donde el equilibrio energético esté presente permanentemente.

El tipo de edificio, los materiales que lo componen, la disposición de los ambientes y del mobiliario, la iluminación, los colores, los sonidos y sobre todo los hábitos cotidianos influyen definitivamente sobre nuestro desarrollo y estado de salud, teniendo en cuenta que la salud no es la carencia de enfermedad, sino un estado de armonía y bienestar de mente, cuerpo y alma.

 

¿Cómo se detecta la falta de salud o desarmonía?

Uno de los principios del Feng Shui es el manejo del chi, que es la energía universal, cuando esta energía esta desequilibrada se producen enfermedades, ya sea por exceso o por falta de la misma.

El cansancio, insomnio, irritabilidad, y falta de concentración son uno de los síntomas mas comunes que en general se ven como un proceso personal independiente y no como consecuencia de la influencia del medio que habitamos.

 

¿Cómo sabemos si la energía de una casa está bien?

Es difícil a veces pensar en la energía. Ya que no la vemos, debemos pensarla viviente como un río de agua que se angosta en lugares estrechos, se estanca en el desorden y en la falta de claridad del ambiente, que enriquece todo si se traslada apaciblemente por el hogar.

La teoría de las energías de formas nos dice que la energía cobra la forma de los objetos y lugares por los que transita. Por eso, los objetos desarmónicos, en su forma transmiten energía desequilibrante -por ejemplo los cuadros de guerra- que expresan dolor, tristeza, etc., mientras que los armónicos transmiten energía equilibrada.

 

¿Cómo mantener una casa saludable?

  • Se debe ventilar diariamente todos los ambientes para incorporar aire puro.
  • Permitir que entre el sol cotidianamente.
  • No tener en casa habitaciones oscuras y abarrotadas de elementos.
  • Abrir las ventanas cuando esta lloviendo para ionizar.
  • Controlar el exceso de humedad y temperatura de los ambientes.
  • Contemplar la disposición y cantidad del mobiliario y objetos para permitir que la energía dentro de la casa se traslade sin obstáculos.
  • Ubicar computadoras, televisores, microondas, en los lugares adecuados y a distancias que no son nocivas para el ser humano.
  • Mantener el lugar donde preparamos los alimentos limpio y desinfectado.
  • Tener plantas sanas y saludables. La planta es un ser vivo, dicen los chinos: donde no vive una planta no vive el ser humano y esto es verdad por que ellas necesitan de aire y luz para crecer.
  • Regala  ropa, libros u objetos que no uses.
  • Armoniza los ambientes con gratas melodías.
  • Y, muy importante mantener una actitud positiva ante la vida, ya que la casa es la representación física de las energías que hay dentro de nosotros.


El Feng Shui trabaja con soluciones de mucho sentido común basadas en la relación del hombre con la naturaleza y su entorno, tiene técnicas prácticas de ordenamiento del espacio que le permiten a cualquier persona homogenizar sus características personales con su entorno, incrementando de esta forma su paz interior y por consecuencia su calidad de vida.

Pero vale la pena aclarar que nuestro bienestar depende también  de las acciones que hagamos y de cómo utilicemos los espacios.

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