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¿Y si estás cansada porque no bebes suficiente agua?

Aumentar tu ingesta de agua diaria puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida

Intenta pensar en esto antes de seguir leyendo este artículo. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que bebiste agua por última vez? ¿Has vuelto a sentarte frente al ordenador sin llenar tu botella de agua? ¿La has llenado y has olvidado por completo beber? Si todas tus respuestas vienen a decir lo mismo –ni por asomo te has acercado a los dos litros de agua diarios que recomiendan beber los expertos–, deberías hacerte ahora otra pregunta. ¿Tiene siempre sensación de agotamiento incluso los días en los que más has descansado? Si has vuelto a responder ‘sí’, esto te interesa.

 

Y es que, tal y como nos explica Natalia Pintado Alameda, responsable de nutrición de Centro UNO (Unidad especializada en desórdenes alimentarios del Hospital Vithas Perpetuo Internacional), “nuestro cuerpo necesita mantener unos niveles de hidratación para su correcto funcionamiento. Si nos encontramos en un estado de deshidratación, el organismo dará la señal para que disminuya el rendimiento muscular y es posible que nos empecemos a sentir más cansados de lo habitual”, explica la experta.

 

Por lo tanto, puede que solo aumentando tu ingesta diaria de agua hasta llegar a los dos litros recomendados, empieces a sentirte mucho mejor. Patricia de Paz, doctora en Bioquímica y Biología Molecular y experta en nutrición y dietética de UNIR (Universidad Internacional de La Rioja), nos cuenta que “el cerebro y los músculos son especialmente sensibles a cualquier desnivel en la cantidad de agua en el organismo”. De hecho, no hace falta dejar de beber una gran cantidad de agua para sentir cansancio (ni mucho menos estar al borde de la deshidratación). Basta con no cumplir con la cantidad diaria de agua recomendada, tanto para hidratar nuestro organismo como para reponer el agua que perdemos cada día a través de la orina, la piel y la respiración. Y es que, si con la pérdida de un 1% de agua de nuestro peso corporal empezamos a sentir sed, con apenas un 2% aparece un malestar general que se manifiesta con “cansancio injustificado, debilidad, fatiga, dolores de cabeza, dificultad de concentración y de la memoria a corto plazo”, explica la doctora de Paz.

 

¿Estás de mal humor constantemente?

Si estás malhumorada (sin motivos aparentes) también puede estar influyendo la cantidad de agua que bebes. Y es que, tal y como nos explica la experta de Vithas, “hay estudios como el de la neuropsicóloga Nathalie Pross que aseguran que un leve estado de deshidratación puede intervenir en nuestro estado de ánimo y mal humor”. Realidad en la que también coincide la experta de UNIR, dado que “la deshidratación reduce el flujo sanguíneo al cerebro y afecta tanto a la función cognitiva como al estado de ánimo, relacionándose con estados de irritabilidad, tristeza e incluso depresión”.

 

Sobre los dolores de cabeza recurrente

Si eres propensa a padecer dolores de cabeza, conviene que prestes especial atención a tu ingesta de agua. Así nos lo explica Patricia de Paz, que hace referencia a cómo la falta de líquido durante más de 12 horas puede provocar cefaleas. "Se supone que cuando el nivel de agua se reduce significativamente en el organismo el cuerpo trata de conservar el agua restante. Para ello contrae los vasos sanguíneos, lo que a su vez reduce el suministro de oxígeno y la sangre al cerebro”, explica la doctora.

 

¿Tiene que ser agua mineral?

Tenemos más que asumido que hay que beber, aproximadamente, entre dos litros y dos litros y medio de agua al día, pero puede que no tengamos del todo claro si es más beneficioso para nuestro organismo que ese agua sea mineral. Pues tal y como nos confirman tanto Patricia de Paz como Pintado Alameda, en principio no es más beneficiosa la mineral que el agua corriente potable. “El agua potable que tenemos en nuestras viviendas cumple los requisitos sanitarios para ser apta para el consumo humano e, incluso, supone una ventaja medio ambiental respecto a la mineral por la gran cantidad de envases de plástico que se utilizan para embotellarla”, explica la experta en nutrición de Centro UNO. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre el agua mineral y el agua corriente? Tal y como nos explica la profesora de UNIR, esta diferencia radica, sobre todo, en que la mineral tiene una composición mineral constante mientras que en la corriente esta composición puede sufrir alteraciones. “Aunque existe la creencia generalizada de que el agua mineral natural tiene propiedades medicinales, no existen evidencias científicas que lo demuestren y solo en algunos casos está justificado su consumo para ayudar a aliviar determinadas molestias”, sentencia Patricia de Paz.

 

Más motivos por los que necesitas beber agua

Asumido el hecho de que beber suficiente agua al día para mantener hidratado tu organismo va a contribuir a tu bienestar, de manera que te sentirás menos cansada y con menos dolores musculares, también es importante recordar otras de las bondades que tiene hidratarnos por dentro. Tal y como explica Pintado Alameda, el agua es buena para la piel, para las articulaciones, ayuda a la digestión y previene el estreñimiento dado que incrementa la actividad metabólica. Además, la doctora Patricia de Paz añade otro factor a tener en cuenta: si no bebes suficiente agua puedes tener una mayor propensión a padecer enfermedades dentales ya que “la hipohidratación reduce la secreción de saliva y, por tanto, la protección natural de los dientes”.

Vía: Vogue

 

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