El Atrapasueños es un objeto propio del pueblo Ojibwa, uno de los pueblos nativos de América del Norte, que tiene forma circular, tejido como una tela de araña con un orificio en medio y decorado con piedras y plumas.
Para los Ojibwa, este objeto tiene propiedades mágicas de amuleto o talismán, conocido como “cazador de sueños”.
Para los Ojibwa permite filtrar los sueños negativos y dejando pasar sólo los buenos, así los malos quedarían atrapados en la red, desapareciendo con las primeras luces del día.
Por otra parte para los Lakota de la tribu Sioux, el Atrapasueños funcionaría al revés, es decir, filtrando los sueños negativos y atrapando los buenos que se deslizan a través de los hilos hasta llegar a quien duerme abajo. Por otra parte, hay quienes mencionan que los Atrapasueños ayudan a conseguir los deseos (sueños o anhelos) de la persona.
Según los Ojibwa, la leyenda habla de una mujer araña “Asibikaashi”, quien era la encargada de cuidar a los más pequeños y a la gente de la Tierra. Pero eran tantos, que se le complicó la tarea de cuidarlos a todos cuando el pueblo se dispersó. De ahí que las mujeres mayores de la tribu empezaron a tejer redes con propiedades mágicas que atrapaban los malos sueños y pesadillas para proteger a los niños al ubicarlos sobre sus camas, instaurándose y masificándose con esto el uso del Atrapasueños.
Existen diferentes estilos y tipos de yoga y cada uno tiene sus propias características. Conócelos en nuestro blog y elige el que más se adecué a ti
Yoga significa método para conseguir la unión del ser individual con el cosmos. Pero según la filosofía oriental, el individuo ya está unido al universo, por lo que el principal fundamento de esta disciplina es hacer consciente ese estado de unión mediante la práctica de posturas o asanas que, combinadas con la respiración consciente, los traen al momento presente y nos predisponen para un estado de meditación. En realidad son muchos los motivos por los que empezar a practicar yoga, pero aunque cada persona busque un objetivo particular cuando se inicia en esta disciplina, los resultados son siempre los mismos: beneficios, beneficios y más beneficios. Para el cuerpo, la mente y el espíritu.
El yoga es una disciplina en sí, es decir, tiene una única dirección. Lo que ocurre es que para llegar a ese destino, existen diversos caminos o sendas, muchas veces tan similares que cuesta distinguirlas. En occidente, el tipo de yoga que más se practica es el Hatha Yoga, pero las cinco corrientes principales de yoga son:
Es un tipo de yoga recomendado para personas activas que necesitan expresarse. Tiene como finalidad la acción consciente de servir a la vida desde el desapego a través de la meditación dinámica.
Este tipo de yoga está recomendado para personas muy emocionales, poco dadas al pensamiento racional y se le considera el tipo de yoga por el que más fácilmente se alcanza la realización del Ser. Es el yoga del amor, pero el amor no dual, no hacia algo o alguien, sino hacia la humanidad, hacia la naturaleza, hacia la unidad.
Es un tipo de yoga indicado para personas intelectuales e intuitivas que tiene como finalidad el conocimiento, la búsqueda de respuestas trascendentes sobre cuestiones existenciales, fuera de la ilusión mental.
Este tipo de yoga busca la introspección, la indagación en los planos más profundos de la mente para después abrirse a la conciencia del mundo físico exterior.
El Hatha Yoga es el más practicado en nuestra civilización, y es un tipo de yoga que trabaja sobre el plano físico a través de posturas (asanas), ejercicios de respiración (pranayama), gestos (mudras), etc, para lograr un estado de consciencia completo a través de la purificación del cuerpo físico.